sábado, 11 de junio de 2011
Ven, Espíritu, ven
Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo
viernes, 3 de junio de 2011
Ven, Espíritu
viernes, 27 de mayo de 2011
Sopla. Señor
miércoles, 18 de mayo de 2011
El Espíritu de Dios está en este lugar
Los siete dones del Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo
Espíritu Santo, cambia mi vida
Ven Espíritu Santo, enciende nuestro corazón
Fuego Santo, Ven
Ven, Espíritu, ven
sábado, 14 de mayo de 2011
Mi maestro
domingo, 8 de mayo de 2011
Jesús resucita hoy
Con música del grupo Kairoi y dibujos de Fano
sábado, 30 de abril de 2011
El payaso salvavidas
Dios resucita si tú apuestas por la vida
jueves, 28 de abril de 2011
Mes de Mayo, mes de María
martes, 26 de abril de 2011
Aleluya
Archivo de sonido
lunes, 25 de abril de 2011
Ideas para la celebrar la Pascua
¿Cómo celebramos en familia cualquier fiesta importante? El cumpleaños de nuestros hijos, nuestros aniversarios, un casamiento...
¿Por qué no invertimos el mismo tiempo, dedicación y recursos para celebrar la gran fiesta de la Pascua?
¿Por qué contentarnos solo con repartir huevos de Pascua? A ver abuelas y madres.... ¡A preparar la fiesta de la Pascua en familia !!! Para que realmente, todos los signos y gestos durante los 8 días de la Pascua, sean signos de fiesta, que ayuden a todos a comprender el misterio profundo que celebramos !!!
Algunas ideas:
El cirio Pascual de la familia: Una vela grande, más grande de lo común. La decoramos con papelitos de colores, corazones que representen a cada uno de los miembros de la familia. Le ponemos una cruz en el centro. Y en cada uno de los lados de la cruz, el número que representa el año en el que estamos. Arriba de la cruz la letra Alfa y por debajo de la cruz la letra Omega. Este cirio lo encendemos la noche de la Pascua, y puede acompañar nuestra mesa familiar a lo largo de toda la octava de Pascua. Si no se hizo la noche de Pascua, puede hacerse en algunos de los días de la Octava.
Signos de fiesta: Globos, guirnaldas, carteles en la puerta de casa, letreros, etc.
La mesa familiar: Durante 8 días se viste de fiesta. Con las mejores cosas, las que ponemos para cuando vienen invitados importantes: manteles, flores, copas...
Huevos de Pascua: No hace falta "indigestar" a nuestros niños el Domingo de Pascua. La Pascua dura 50 días, y sería muy bonito poder comer algo bien rico en cada una de las comidas de esos días: Huevos de chocolate, postres especiales, golosinas, etc.. Nuestros hijos saben que cuando hay fiesta hay cosas ricas en la mesa. Seamos creativos en preparar algo rico para cada día de esta fiesta!. 50 días son muchos, pero puede hacerse todos los domingos de Pascua.
Saludos y bendiciones: Para cada día, podemos preparar tarjetas, con algún saludo o bendición especial para cada uno. Las ponemos en la canasta del cirio Pascual, o en el plato de cada uno. Pueden ser deseos, o textos cortos de los evangelios de la resurrección. También pueden ser intenciones, deseos o propósitos a cumplir en este tiempo Pascual.
Gesto solidario: aprovechemos este tiempo de Pascua para pensar en familia algún gesto solidario que podamos hacer en favor de los más necesitados, de Cáritas Parroquial, o de algún vecino o miembro de la familia que está necesitando nuestra ayuda. La Pascua siempre nos pone en camino hacia el hermano, y es bueno que podamos concretar este festejo con un gesto de solidaridad.
Asamblea familiar: Sería buenísimo que dentro de la octava de Pascua, nos tomemos un tiempo para reunirnos en una Reunión Familiar y reflexionar juntos sobre la vida que compartimos.
Rezar el familia el Regina Coeli, adaptación pascual del Ángelus. Puede hacerse antes de la comida del mediodía o en un momento en que estén todos reunidos.
A algunos les podría parecer innecesario hacer todas o algunas de estas cosas, pero educar la fe de los niños, significa emplear "lenguajes y gestos" que ellos puedan entender. Saludos.
La pascua para niños
IR A LA PRESENTACIÓN "PASCUA DE RESURRECCIÓN"
Felicitación Pascual
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN
El Señor ha resucitado.
El Señor ha dado un paso.
El Señor guía nuestros pasos...
Es Pascua cuando das un paso hacia la bondad.
Es Pascua cuando das un paso hacia la verdad.
Es Pascua cuando das un paso hacia la vida y por la vida.
Es Pascua cuando das un paso que no te atrevías a dar.
Es Pascua cuando das un paso a atrás porque ibas por caminos prohibidos...
Es Pascua cuando das un paso hacia los tuyos.
Es Pascua cuando das un paso de gigante...o un pasito pequeñito, porque
hay cosas que solo se hacen “pasito a pasito”.
Es Pascua cuando das un paso y rompes el muro
y la distancia entre amigos.
Es Pascua cuando algo nuevo surge y lo dejas surgir,
algo nuevo brota y lo acoges y cuidas con mimo.
Es Pascua cuando de camino
o sentado a la mesa o mirando a los ojos
el alma se enciende
... y calienta
... y comprende
... y se levanta
... y vuelve a empezar
... y deja ahogada la tristeza
... y se abre el futuro por el mismo camino.
En el mismo el camino puedes caminar con desesperanza
a correr llenos de alegría.
El camino del fracaso se hace en solitario.
El camino de la Vida se recorre
deshaciendo el viejo camino:
recorriendo, caliente el corazón, lo viejo hacia lo nuevo.
Señor, Dios de la Vida
remueve la piedra de nuestro egoísmo,
la piedra que ahoga nuestra esperanza,
la piedra que destruye el entusiasmo,
la piedra que cierra el corazón al perdón.
Resucita en nosotros la alegría,
las ganas de vivir, el deseo de soñar.
Haznos personas resucitadas
que no se dejan envolver por la muerte,
sino que cuidad y alientan siempre
el germen de vida en que creen.
Texto de Javier Leoz
Celebraciones para la Pascua
Los recursos propuestos por Reflejos de Luz en esta línea son:
- Pascua "Camino de Emaús"
- Pascua "Las diéz mejores razones"
- Pascua "Cruz que libera"
- Pascua "Lugares de la Pasión"
- Pascua "Con El los derechos me dignifican"
- Pascua "Sin pasión no hay paraíso"
- Pascua "Amar es perder y perder es ganar"
- Pascua "Pasión por Cristo, pasión por el hombre"
- Pascua "Apasiónate"
- Pascua "¿Quién da más?
- Pascua "Lámpara es tu Palabra"
- Pascua "Haced lo que Él os diga"
- Pascua Juvenil
- Un camino de Pascua (Infantil)
- Un camino de Pascua (Primaria)
domingo, 24 de abril de 2011
Relatos de la Resurrección
Marcos 16, 1-8
Tres mujeres, las dos que habían estado presentes en el entierro y Salomé, compraron todo lo necesario y se dirigieron, muy de madrugada, a ungir el cuerpo de Jesús con óleo y bálsamo, como era costumbre en los entierros. El sábado, día de riguroso descanso, había pasado ya y había comenzado el primer día de la semana.
Justamente salía el sol cuando llegaron al sepulcro. Sabían que había una piedra grande a la entrada e iban hablando sobre quién se la movería para poder entrar. En esto, miraron y vieron que la piedra estaba removida. Entraron en el sepulcro y vieron dentro, a la derecha, a un joven sentado, que llevaba largas vestiduras; ellas se asustaron.
Él les habló diciéndoles: "¡No os asustéis! Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado. No está aquí. Ved, aquí yacía. Id y decid a sus discípulos y a Pedro, que Él os precederá a Galilea, como dijo. Allí le veréis". Y las mujeres corrieron huyendo del sepulcro, sobrecogidas de temblor y espanto.
Jesús se apareció a los apóstoles cuando se encontraban reunidos junto a su Madre. Faltaba Tomás y cuando le contaron lo que había sucedido, no lo creyó. Por segunda vez se les apareció el Señor, en esta ocasión se encontraba Tomás con ellos. Para convencerse de la resurrección de Jesús metió sus dedos en las llagas.
Lucas 24, 13-35
El mismo día que las mujeres habían estado en el sepulcro vacío, iban dos de los discípulos a Emaús, una aldea que estaba a dos horas de camino de Jerusalén. Probablemente habían ido de allí a la fiesta, y ahora regresaban a casa, tristes y abatidos.
Hablaban de cómo Jesús había sido apresado, crucificado y puesto en el sepulcro. Y, mientras dialogaban sobre la decepción que habían sufrido acerca de Él, de repente se les acercó Jesús, caminando en su compañía. Venía como un peregrino de los que volvían de Jerusalén, pero ellos no sabían que era Jesús, no lo reconocieron.
Él les preguntó: "¿De qué habláis en el camino, que os entristece tanto?". Ellos se extrañaron mucho; y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo: "¿Eres Tú el único forastero de Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado allí estos días?". El preguntó: "Pues ¿qué ha sucedido?"
Respondieron: "Lo de Jesús de Nazaret. ¿No te has enterado? ¿No sabes que era un gran profeta, poderoso en palabras y obras delante de Dios y de los hombres, y que nuestro sanedrín y los príncipes de los sacerdotes lo han condenado a muerte y lo han crucificado? Nosotros habíamos pensado que Él era el Salvador enviado por Dios al pueblo de Israel. Y resulta que ha muerto. Hoy hace precisamente tres días que sucedió todo esto. Por lo demás, unas mujeres de las nuestras nos han asustado contándonos algunas cosas. Han estado hoy por la mañana en el sepulcro y dicen que no estaba el cadáver. Afirmaban, muy excitadas, que se les habían aparecido ángeles, diciéndoles que Él vive. Por ello algunos de nuestros hombres fueron rápidamente al sepulcro y encontraron todo como habían dicho las mujeres. Pero a Él no lo vieron."
Entonces les dijo Él: "Pero ¡qué lentos sois para comprender! ¿Tan difícil os resulta creer lo que los profetas dijeron hace tanto tiempo? ¿No debía padecer Cristo todas estas cosas antes de entrar en su gloria?". Y comenzó a explicarles lo que en la Escritura hay referente a Él, empezando por Moisés y pasando por los profetas.
Mientras hablaban, habían llegado a Emaús. Él fingió seguir adelante. Pero ellos le pidieron que entrase en casa, diciéndole: "¡Quédate con nosotros! Está oscureciendo y acaba ya el día. ¡Hospédate aquí!". Se quedó, y entró con ellos.
Lluego, estando sentados a la mesa para cenar, tomó Jesús pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio a ellos. Así solía hacerlo en otras ocasiones, y así lo había hecho antes de su prendimiento en Getsemaní. De repente se les abrieron los ojos y lo reconocieron. En aquel instante, desapareció Jesús de su presencia.
Fuera de sí de alegría, levantándose, exclamaron: "Ahora caemos en la cuenta de por qué latía fuerte nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino explicándonos la Sagrada Escritura". Y no pudiendo contenerse, a pesar de la oscuridad, fueron corriendo las dos horas de camino que había hasta Jerusalén, y no experimentaron cansancio alguno.
Encontraron a los once discípulos y a todo el grupo de fieles de Jesús reunidos en una casa. "¿Sabéis que verdaderamente ha resucitado el Señor?", les gritaron los del grupo. "¡Simón Pedro lo ha visto!" "¡También nosotros lo hemos visto!", exclamaron ambos en respuesta. Y contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido en casa, al partir el pan.
sábado, 23 de abril de 2011
Es demasiado
para contentarte con vivir de pequeñas migajas,
y sólo de cuando en cuando.
Eres demasiada persona
para que te engañes a ti mismo y a los otros
vegetando en este mundo.
Es demasiado reseca la tierra que pisas
para que no veas que pueda nacer una flor.
Es demasiado el bien que puedes hacer dando la vida,
que llega a ser una injusticia el reservártela.
Es demasiado grande la fuerza del compartir la vida,
para que te emperres en vivir como un egoísta.
Es demasiado verdadera la felicidad,
para que la busques en tonterías.
Es demasiado liberador el mensaje de Cristo,
para que continúes encadenándote tú mismo, sin esperanza.
Está demasiado presente la Cruz de Cristo,
para que los problemas te puedan vencer.
Es demasiado vivificante el Espíritu de Dios,
para que te puedas cerrar una vez más.
¡Es demasiada vida la vida, para que no la celebres !
Abre las manos, el corazón y la mente y
déjate agarrar por la vida nueva !
M.Ferrés, en el libro:"Dios cerca" de Jordi Daví
No tengáis miedo de los que matan
Señor, tú nos dices:
"No tengáis miedo de quienes matan",
y nosotros estamos llenos de miedos.
Miedo a que el compañero de tertulia o de trabajo
sepa que somos de los tuyos.
Nos da miedo jugarnos la piel por el Reino,
por la solidaridad con los pobres,
por las reivindicaciones justas,
por la causa de los no rentables
de una sociedad consumista.
Nos da miedo perder nuestro lugar de privilegio,
nuestro prestigio, nuestros dineros,
por un galileo condenado,
a quien echaron fuera de la ciudad para matarlo,
y que no disponía ni de dos palmos de tierra.
para ser enterrado.
Envía de nuevo, Señor, tu Espíritu
sobre quienes hoy nos llamamos
tus discípulos,
para que anunciemos con valentía
el Reino y su justicia
para que nos hagamos pobres con los pobres,
ante el poder que los oprime y los explota,
para que seamos los profetas de la nueva denuncia,
los testigos incómodos para los injustos,
comprometidos de lleno con quienes tú amaste
hasta dejar la vida,
con los habitantes de barrios y guetos marginales
con los que la sociedad del bienestar etiqueta,
como "gente de malvivir".
Señor,
con orgullo nos proclamamos tus discípulos,
y nunca hemos sido inquietados
ni mucho menos perseguidos por tu causa;
nos llamamos solidarios,
y nunca los amos del poder y del dinero
nos han expulsado de sus "sinagogas"
por denunciar su explotación y su injusticia.
Señor, que podamos sentir de tus labios:
"Veníd, benditos de mi Padre,
porque anunciasteis con coraje
el Evangelio del Reino,
porque estuvisteis con el pobre,
porque denunciasteis a los políticos que castigan
a gitanos, negros y emigrantes,
y por todo esto fuisteis perseguidos."
Desmontó falsas imágenes
que escondían tu verdadero rostro.
Te asemejas más al padre bondadoso,
a la madre tierna,
que al Dios que da miedo
y que emplea con maestría rayos y truenos.
Tú eres el Dios feliz
y repartes felicidad
a los pobres de nacimiento,
a quienes hemos fabricado con nuestras injusticias,
con nuestras estructuras de pecado,
con nuestros corazones duros de ricos satisfechos.
Señor, sólo tú eres capaz de hacer feliz
al niño que llora, porque tiene hambre,
a la madre que no tiene leche para darle de mamar,
a quien lleva en su carne
las cicatrices de la guerra,
a quien tiene la piel marcada
por las señales de la tortura.
Señor, tú eres el Dios humilde que hace felices
a quienes no se rebelan
contra la mano que los hiere,
a quienes devuelven sonrisas por insulto,
a quienes no vuelven odio por odio,
bofetada por bofetada,
sino que ofrecen la otra mejilla.
Señor, tú haces felices
a quienes su hambre más acuciante
es el hambre de justicia,
a quienes tienen sed insaciable
de igualdad de oportunidades,
de derechos, de bienestar,
de cifras en todas las cuentas corrientes,
abiertas y por abrir.
Tú, el Dios misericordia, haces felices
a quienes practican misericordia,
con el apaleado en el camino,
con la prostituta, con el drogadicto,
con el negro, con el gitano,
con todos quienes la sociedad echa a la calle,
como desecho humano.
Señor, tú haces felices a los limpios de corazón y de mirada,
a quienes no se manchan las manos
con el tráfico de influencias, con el dinero negro,
con la sangre de inocentes pagada como precio.
Señor, tú eres el Dios de paz
y eres feliz con los no violentos,
con los pacíficos,
con los insumisos,
con los objetores a la guerra,
a las armas que hieren y que matan,
con quienes defienden la madre naturaleza
de toda forma de agresión.
Tú, el Dios perseguido y Dios de los perseguidos,
eres la felicidad de quienes se juegan la piel
por la causa de la justicia,
de quienes padecen la agresión
de la mentira o la tortura,
por defender el débil contra los poderosos.
Pregón Pascual
Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por rnedio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.
Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!
Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.
Una versión diferente de la litúrgica y cantada. Personalmente me gusta mucho.
Otro pregón cantado, en este caso por el CORO RÁVETA
Dibujos pascuales para colorear
COLOREAR LA PASCUA: DIBUJOS PARA NIÑOS
viernes, 15 de abril de 2011
Oración: prender fuego
"He venido a prender fuego":
a encender las conciencias adormecidas, a airear las cabezas saturadas,
a levantar los ánimos de los caídos, a dar fuerza a los desanimados.
Para esto he venido y para esto os envío:
a alentar , a estimular, a animar a los pisoteados,
a reconfortar a los esforzados, a fortalecer el mecha que humea,
a prender fuego, dice el Señor.
"He venido a prender fuego":
mi fuego, fuego que quema sin consumirse,
fuego que ilumina toda persona, fuego que quema los corazones,
fuego que es luz en la oscuridad, fuego que brilla en la tiniebla.
Para esto he venido, y para esto os envío: a quemar, a incendiar,
a ser luz, a brillar, a iluminar, a prender fuego, dice el Señor.
Textos que hablan del resucitado
Pascua
PRESENTACIÓN DIBUJOS FANO
Eres Pascua
PRESENTACIÓN "ERES PASCUA"